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Trastorno de personalidad por dependencia

Hoy quiero hablar del trastorno de personalidad por dependencia, otro de los más comunes escenarios que me encuentro en consulta con pacientes de edad adulta joven, pero también en fases más maduras de la vida.

Ha existido siempre pero en mi caso, los perfiles con trastorno de personalidad por dependencia ha ido siendo mayoría en mi consulta de Psicología de Lanzarote en los últimos 10-12 años. Ante tal proliferación de contextos similares, quería desde hace tiempo escribir sobre ello y tratar de arrojar una luz sobre una patología psicológica compleja y extendida.

En qué consiste el trastorno de personalidad por dependencia

La dependencia afectiva es un trastorno emocional de tipología adictiva, que provoca malestar y síntomas negativos, así como ansiedad en las relaciones interpersonales. La persona que lo padece sufre mucha ansiedad al separarse de la persona que le provoca esta dependencia. Esa distancia le provoca estrés y ansiedad, y no soporta la soledad. Se puede tener dependencia emocional de una pareja, de una madre, de una amiga… 

Como digo, los trastornos por dependencia es algo que se trata mucho en consulta. Las relaciones afectivas suelen sacar a la luz nuestros miedos, inseguridades y carencias.

Área amorosa: La más común en los trastornos de personalidad por dependencia

Como seguramente no os sorprenda, es el ámbito del amor y de los sentimientos (también incluimos amistad) el que más veces protagoniza los casos de este tipo de trastornos de personalidad. Muchas veces ocurre, en las relaciones de pareja, por ejemplo, que buscamos que cubran todas nuestras necesidades o nuestras carencias, y eso hace que en ocasiones acabemos sintiendo que somos dependientes de esa persona.

En ese caso donde el miedo a perder a esa esa persona a la que le atribuimos la capacidad de darnos estabilidad, felicidad, apoyo, etc, nos provoca una gran, gran ansiedad, es el momento de tratarnos y tratar la patología con los medios que su gravedad demanda. La persona dependiente está más centrada en el miedo a perder a ese referente, que a disfrutarlo. Suele creer que, si no está presente en su vida continuamente, la engañará. O la olvidará, o, en resumidas cuentas, la perderá. Y, además, siente una necesidad imperiosa de saber de ella, de estar en contacto, de hacerle sentir como se siente. Es capaz de humillarse, de rogar, para que esa persona se quede a su lado. 

Síntomas que se padecen

Los principales síntomas que se suelen padecer cuando se sufre un trastorno de personalidad por dependencia son:

  • Sentimientos de inferioridad
  • Una gran obsesión por la persona querida
  • Tendencia a la idealización de esa persona
  • Necesidad de estar siempre en pareja
  • Miedo desproporcionado a la soledad
  • Alto grado de estrés y trastornos de pánico

La dependencia emocional tiene mucho que ver con la autoestima también, y con los modelos afectivos que hemos tenido en nuestra infancia. La relación de nuestros padres por ejemplo suele ser el modelo en el que medimos lo que es correcto o incorrecto, lo que podemos permitir o no. Son quienes nos enseñan los valores y conceptos que quedaran marcados a lo largo de nuestra trayectoria vital. 

Vemos en multitud de ocasiones personas cuya relación de pareja les hace sufrir, les hiere, les daña, y, aun así, se quedan, como si no fuesen capaces de pensar en sí mismos, en su propio bienestar, en su propia felicidad. 

Y ese es el problema principal, considerar que nuestra felicidad o nuestro bienestar depende del exterior, de otra persona. 

Cómo trabajar y superar esta tipología de trastorno

Para trabajar la dependencia, hay que trabajar pues las emociones, y, sobre todo, la autoestima, la construcción de uno mismo como pilar de tu propia vida. A raíz de ello, hay que modificar los conceptos distorsionados en cuanto a las relaciones de pareja.

La terapia cognitivo conductual es muy apropiada para este tipo de trastorno ya que ayuda a modificar pensamientos distorsionados y patrones automatizados de comportamiento que cronifican este trastorno. 

Además de eso, para tener éxito en nuestro trabajo de revertir un trastorno de personalidad por dependencia, hay que trabajar en el entorno social de la persona. Los pacientes dependientes tienden a cerrar su vida en un círculo limitado en el que se sienten seguros, aparte de priorizar siempre las actividades junto a la persona de la que dependen, de las suyas propias. De esta manera, su vida acaba teniendo poco sentido para ellas cuando se ven de manera independiente.

Como consecuencia, dejan sus amistades, sus hobbies, incluso sus relaciones familiares, y eso hace que a la hora del tratamiento cuenten con poca red de apoyo. 

Conclusiones

Tratar un trastorno de personalidad por dependencia es muy común. La dependencia afectiva la padecen miles de perfiles de diferentes edades y condiciones, y puede llegar a minimizar a la persona hasta el punto de casi hacerla desaparecer.

La terapia psicológica que desarrollamos las/os profesionales de la salud mental en un tratamiento para revertir esta patología se centra en la modificación de estos patrones de comportamiento e ideas distorsionadas que se tienen. Sólo desde un trabajo intenso, profundo y denodado entre doctor/a y paciente, lograremos los objetivos marcados.

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